El Descenso del río Sella
Rema, rema, rema. Pero de vez en cuando levanta la vista y mira a tu alrededor. Al fin y al cabo no estamos en ninguna competición deportiva: aquí hemos venido a divertirnos, a hacer un poco de ejercicio y a admirar el paisaje por el que discurre el curso del río Sella en Asturias.
El espíritu festivo es lo principal por tanto en esta actividad. Cualquiera puede participar: nos cruzamos con niños y mayores, pero sobre todo con grupos de amigos jóvenes que vienen a pasar el día y divertirse.
Si eres piragüista, este post probablemente te sobra porque ya sabes que basta con que cojas tu canoa y la lleves al río para hacer el descenso del Sella. Si, como nosotros, eres novato o simplemente no tienes tu propia piragua, debes saber que en Arriondas hay montones de empresas de aventura con las que alquilar el equipamiento y que te dan unas nociones básicas sobre cómo remar hacia la meta. Podrás encontrarlas todas concentradas en torno al puente del río Piloña.
Operan entre marzo y octubre, evitando por tanto los meses de invierno. Incluso si dentro de ese período hay días más fríos, puedes alquilar un traje de neopreno. La época más recomendada es primavera, pues es cuando el Sella baja con más agua, lo que te facilita también el remo: hay zonas donde la corriente te lleva sin esfuerzo. Nosotros fuimos el último fin de semana de julio y el río tenía muy muy poca agua y apenas sin fuerza, con lo que la actividad nos costó mucho más, encallábamos fácilmente y acabamos derrotados. Si volvemos (es nuestra intención), será en mayo – junio.
El recorrido oficial es de 20 kilómetros entre las localidades asturianas de Arriondas y Ribadesella pero hay alternativas intermedias para los que físicamente no estemos preparados para tal distancia: 20 kilómetros remando no es ninguna tontería, sobre todo si no has dado una palada en tu vida (como es nuestro caso).
Las salidas diarias desde Arriondas de todos los grupos son entre las 11 y las 13 horasde la mañana y tienes de margen hasta las 19 horas para hacer el descenso. A tu ritmo. Una vez te lanzas al agua, vas por libre. Tú decides qué distancia del mismo harás pues hay varios puntos de recogida.
Algunas recomendaciones a la hora de darle a la pala. Controlar una canoa individual es bastante más fácil que una con varias personas. Si vas en pareja, que es lo más habitual, debe situarse en el asiento trasero quien tenga más fuerza de los dos: realmente será quien dirija la piragua y marque la ruta. Mantenerla recta es lo más complicado de todo: lo normal es que al principio vayas dando bandazos sin control. Para girar hacia un lado, debes remar del contrario. Pero para enderezar la canoa cuando esté demasiado torcida, lo mejor es que desde la parte trasera claves el remo en el suelo del río: frenarás también, pero girarás más rápido. En general, fíjate en el resto de piragüistas, sobre todo para decidir por donde pasar cuando aparezcan zonas con menos nivel de agua, con piedras o con rápidos. Ten paciencia contigo mismo: al principio es un poco frustrante pero luego notas cómo vas mejorando y te vienes arriba, lo que te ayuda a remar mejor.
Nosotros lo hicimos con Astur Aventura, íbamos 4 personas y pagamos 20 euros por cabeza. Nos dieron un pequeño picnic a cada uno (sandwich, agua y fruta), un K-2 por pareja, chalecos salvavidas individuales y un bote estanco por canoa donde poder guardar tus cosas sin que se mojen (¡súper útil!). En su caso el recorrido completo, que hicimos, eran 14 kilómetros, te recogen antes de llegar a Ribadesella. Todas las empresas funcionan parecido, con lo que realmente es más cuestión de comparar precios y elegir. Si pretendes hacerlo un fin de semana de verano, que preveas alta asistencia, mejor reserva online.
No harás el descenso completo del tirón, salvo que te lo tomes deportivamente muy en serio. Hay varios lugares donde puedes parar e incluso varios chiringuitos con comida y bebida para repostar: ¡un culín de sidra antes de continuar remando! Repetimos: esto es una fiesta en toda regla y como tal hay que tomarla. Pero por favor: recoge siempre los envases, bolsas y papeles; hay papeleras en torno a los chiringuitos y si no, siempre puedes llevarlos en tu bote estanco hasta la siguiente parada. Al fin y al cabo es el entorno natural del río, hay que mantenerlo limpio (no todos lo hacían).
Si tienes la suerte de hacer el descenso en un día soleado, lleva gorra y protección solar: quemarse es muy fácil. Y el último consejo: sé tolerante con el resto de compañeros remeros. Todos somos novatillos (en su mayoría) y apenas controlamos la piragua. Se forman atascos, choques, aglomeraciones… Tómatelo con sentido del humor, aprovecha esa colisión para charlar con los de la canoa de al lado y échate unas risas. ¡El buen rollo es fundamental!